La conciencia de un perro es muy parecida a la de un niño pequeño. A esta conclusión han llegado los neurocientíficos a través de un escáner del cerebro del perro. No solamente la existencia científica de la conciencia de un perro repropone cuestiones éticas. Estos hallazgos determinan un nuevo escenario para abordar los problemas comportamentales y su tratamiento.
Pero qué es la conciencia animal? La conciencia es la capacidad de un individuo de sentir sus propios sentimientos, de experimentar estados de ánimo y de mostrar un comportamiento consecuente.
La conciencia humana es la forma más evolucionada de conciencia, porque las personas son dotadas de lenguaje. Aunque los perros no puedan externalizar su conciencia, desde hace pocos años hay evidencias neurológicas de la conciencia de un perro y de sus emociones al mismo nivel de las personas.
El rol del núcleo caudal en la conciencia de un perro
Entre otros descubrimientos, se han comprobado las similitudes entre perros y humanos en cuanto a estructura y función de una específica región del cerebro, llamado núcleo caudal.
El núcleo caudal está situado entre el el tronco encefálico y el cortex y es rico en receptores de dopamina. En los humanos el caudal juega un rol clave en la anticipación de cosas que provocan placer. Por ejemplo comida, amor, dinero. Dada la complejidad del funcionamiento del cerebro por la conexión de sus partes, normalmente no es posible atribuir una función cognitiva a una sola área del cerebro. El núcleo caudal parece ser una excepción.
La activación del núcleo caudal es muy coherente en determinadas circunstancias. Así que se pueden predecir las preferencias en cuanto a las fuentes que lo estimulan.
Se ha descubierto que las mismas cosas positivas que activan el núcleo caudal humano, lo hacen en los perros. Los neurocientíficos definen este proceso «homología funcional».
Declaración oficial de la conciencia de un perro
En 2012 se ha llevado a cabo la primera conferencia sobre la “Conciencia en los humanos y los animales”. Un grupo internacional de neurocientíficos cognitivos, neuro-farmacéuticos, neurofisiólogos, neuroanatomistas se ha reunido en la Universidad de Cambridge.
La ausencia del neocórtex no parece impedir a un organismo de experimentar estados afectivos. Hay evidencias que indican que los animales tienen sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de estados de conciencia además de la capacidad de mostrar comportamientos intencionales. Por consecuencia no solamente los humanos cuentan con sustratos neuronales que generan la conciencia. Los animales, mamíferos y aves, y otras criaturas, como los pulpos, también tienen estos sustratos neurológicos.
Las implicaciones en el método de tratar la conducta canina
En conclusión hay evidencias de emociones humanas y animales que emergen de sistemas homólogos subcorticales. Por lo tanto comparten cualidades subjetivas de las experiencias individuales en forma evolutiva. En pocas palabras, tiene sentido hablar de la conciencia de un perro.
A esta altura, cuando se aborda un problema comportamental, resulta indispensable tener en consideración los estados emocionales del perro. Además las dinámicas relacionales obtienen más importancia.
Un problema de comportamiento no podrá tener una lectura sólo causal a partir de la constatación de un efecto. Así como su tratamiento no podrá limitarse a un simple refuerzo de condicionamiento. La lectura y el tratamiento de un problema de conducta pasa por una evaluación global de cómo se siente el perro.