Cuando el perro se queda solo en casa puede sufrir y causar daños involuntariamente. Se habla de trastorno por separación o ansiedad por separación en caso de problemas que si manifiestan sólo y exclusivamente cuando el perro se queda solo en casa.
Qué puede pasar cuando el perro se queda solo en casa?
Si el perro se mueve de un lado al otro en manera inquieta, aúlla casi ininterrumpidamente, incluso hace pipí y caca porque los esfínteres no se controlan y tiene una conducta destructiva, podríamos estar en presencia de ansiedad por separación.
Frecuentemente se observa un estado de hipervigilancia e hiperactividad cuando el perro empieza ad advertir las señales de la salida del propietario.
Sin embargo, para averiguar los detalles del comportamiento del perro es recomendable grabar sobre todo la primera hora en la cual se queda solo en casa. Otra señal bastante fiable de que estamos diagnosticando una ansiedad por separación es que el perro no coma o no juegue mientras se queda solo en casa.
Algunos perros pueden lamerse tanto que llegan a autolesionarse. Este comportamiento como cualquier otra conducta compulsiva y repetitiva viene actuada por el perro en el intento de gestionar la ansiedad.
El perro prueba ansiedad porque anticipa un peligro o un amenaza inminente.
Los problemas ligados a la ausencia de un ser humano son muy habituales y tienen consecuencias tanto en los perros como el los propietarios que reciben quejas de los vecinos. Son una de las tres causas principales de abandono y eutanasia.
Cuando el problema es la ansiedad
En el caso de la ansiedad por separación los síntomas – eliminación inadecuada, vocalizaciones, destructividad – aparecen siempre en ausencia del propietario. Desde que el perro se encuentra solo en casa se registra frecuentemente un pico más o menos justo a la media hora, con ciclos de recuperación y de reactivación a causa de estímulos adversos, como un ruido por ejemplo. No se trata de un estado de excitación o nerviosismo, se trata de un sentimiento más próximo al pánico incontrolable.
Cuando el problema no es la ansiedad
Para descartar o confirmar la ansiedad por separación hay que analizar cada uno de los síntomas.
Vocalizaciones
Las vocalizaciones en la ansiedad por separación son continuas y muestran sufrimiento, son lloriqueos y aullidos. Si no se trata de ansiedad por separación, las vocalizaciones son del tipo social, o de llamada de atención, o de alerta, o de excitación y juegos.
Eliminaciones
Sobretodo los cachorros, que aun no han aprendido a hacer sus necesidades afuera y que han sido castigados, hacen caca y pipí cuando el propietario no está. A su regreso el propietario cree que el perro sepa haber hecho algo malo y muestra un comportamiento de «culpabilidad». En realidad el perro está teniendo una conducta sumisa porque teme la reacción del propietario. El hecho de mearse encima denota este miedo hacia la reacción del propietario. En un diagnóstico diferencial por lo tanto hay que descartar que las eliminaciones no sean por falta de aprendizaje o por miedo al castigo.
Destructividad
Cuando el perro se queda solo en casa puede tener un exceso de actividad. Esto puede ser debido a una falta de apropiada estimulación física y/o mental. También puede sentirse desinhibido. Precisamente porque no está el propietario que le impide hace lo que le gusta hacer se desahoga.
Tratamiento
Nunca hay que castigar a un perro. Especialmente no hay que castigar conductas que pueden ser relacionadas a la ausencia del propietario. A mayor razón, el castigo obtendrá el efecto contrario. Reforzará la conducta indeseada. Además el castigo no enseña. Sólo pretende interrumpir una conducta que en este caso ni siquiera se puede detener en el momento.
Si se detecta un problema de ansiedad por separación el tratamiento es delicado, depende del individuo y del contexto familiar. Se recomienda la consulta con un especialista en comportamiento canino.
Consiste por lo general en un manejo ambiental, que preve el cambio de algunos aspectos del ambiente. Además se realiza una terapia conductual, a base de salidas progresivas y aleatorias con o sin señales de anticipación. En algunos casos se recomienda una terapia farmacológica. O el suministro de nutracéuticos, o feromonas sintéticos – Adaptil – o terapia con Flores de Bach o Omeopatia.
La ansiedad por separación no se contagia entre un perro y otro. Tampoco se resuelve con la llegada de otro perro. Es un trastorno comportamental y como tal es necesario un diagnóstico y un tratamiento por parte de un profesional.