Un error peor que otro: cuidado
Los 8 errores en los que cae la mayor parte de personas con sus cachorros
Error n. 1: Ser inconstantes e incoherentes: no aplicar las reglas todas las veces, dar señales contradictorias. Por ejemplo dar de comer de la mesa, algunas veces sí y otras no. El refuerzo variable es una forma de refuerzo muy eficaz y el perro seguirá pidiendo comida de la mesa.
Error n. 2: Reforzar los malos hábitos: sin darnos cuenta, acabamos reforzando acciones que no queremos que ocurran. Por ejemplo, si un perro rasca la puerta para entrar, y para evitar que dañe la puerta lo dejamos entrar, estamos comunicando que rascando la puerta conseguirá su objetivo.
Error n. 3: Utilizar el nombre del perro para corregirlo: cuando el perro haga algo que no queremos reforzar lo mejor es ignorar, o enseñarle el significado de “no” y utilizarlo en el momento adecuado. Utilizar el nombre puede perjudicar su uso en contextos donde se requiere tenga una connotación positiva. Por ejemplo, en la llamada. Si el perro asocia su nombre con algo negativo, no acudirá a la llamada cuando se le llame con su nombre.
Error n. 4: Dejarlo mucho tiempo solo: un cachorro sobre todo no puede pasar mucho tiempo solo. La falta de estímulos y el aburrimiento pueden tener consecuencias como la ansiedad por separación y la conducta destructiva.
Los siguientes errores, más que considerarse equivocaciones son verdaderas faltas de respecto para nuestros compañeros y de ninguna manera se pueden tolerar.
Aislarlo, Atarlo, Gritarle, Pegarle