Perro y niño: que hacer antes la llegada de un bebé

Perro y niño: cómo hacer que un perro acepte el niño y que este respete la mascota como ser integrante de la familia.

Tanto si el niño aún no ha nacido, o que el perro se adquiera cuando en familia ya hay niños, es importante saber cómo abordar la relación perro y niño de forma que se prevengan eventuales accidentes. Desafortunadamente hay disponible una gran cantidad de datos estadísticos impresionantes. Esos deben de alertar sobre el riesgo de agresividad de un perro hacia un niño. En particular resulta que es el mismo perro de familia responsable de la mayoría de mordeduras de niños.

Socializar y adiestrar al perro previamente para que perro y niño tengan una interacción positiva

Todos los perros deberían tener la oportunidad de socializar con niños y bebés en su fase sensible de desarrollo.  Especialmente en esta etapa el cachorro es más receptivo y más tolerante respecto a los nuevos estímulos. Antes de la llegada del bebé hay que procurar que el perro tenga el mayor número de experiencias positivas con bebés y niños.

Además, antes de la llegada del bebé en casa, es recomendable que el perro sepa responder a algunas órdenes. Para lograr esto, es preferible que se realice un adiestramiento formal o un curso de educación canina básica. Por ejemplo la orden “sienta” ayuda a que el perro concentre su atención hacia la persona en lugar de la fuente del posible miedo, o sea  el niño. Con un buen entrenamiento básico, se puede contar con que el perro responda a unas órdenes para mantener la calma en presencia del bebé o el niño. En nuestro centro de adiestramiento canino en Barcelona, realizamos cursos para todos los niveles. 

Preparar los cambios lo antes posible

Si la llegada del bebé comporta unos cambios, es mejor que estos se lleven a cabo lo antes posible para que el perro no los sufras en el momento en que llega a casa el bebé. Es recomendable hacer una lista de los cambios que potencialmente afectarán al perro y ajustar su rutina con antelación e independientemente de la llegada del bebé. Si por ejemplo el perro está acostumbrado a salir de paseo cinco veces y estas vendrán reduciéndose a tres después del nacimiento del bebé, es oportuno preparar el perro desde antes. En alternativa asegurarse ser capaces de prestar atención al perro en la misma medida en la que se hacía antes de la llegada del bebé.  Incluso contratando a un cuidador de perros las veces que no sea posible sacarlo como antes.

Una de las cosas que se podrían exigir es que el perro utilice bozal. La habituación, gradual y positiva al bozal, debe realizarse con tiempo. Si el perro ya ha presentado problemas de comportamiento es oportuno evaluarlos y buscar soluciones con antelación.

Ejemplos de comportamientos que con un niño en casa pueden resultar intolerables

  • Robar comida de la mesa
  • Tirar de la correa durante el paseo
  • Brincar encima para saludar mostrando excitación

En nuestro centro de adiestramiento canino en Barcelona, preparamos a los perros a tolerar la frustración frente a diversos estímulos.  

No dejar a un niño de menos de 10 años jugar con el perro sin supervisión  

Hay muchos casos de perros que hayan atacado a un niño sin tener antecedentes de agresividad. En realidad los perros muestran su incomodidad en muchas formas que obviamente un niño no es capaz de entender. Por esta razón un adulto siempre debe de supervisar la interacción, observando y teniendo en cuenta el lenguaje corporal del perro. De hecho un perro sujeto a estrés muestras señales que invitan a la interrupción de las molestias. La mayoría de ellas no se conocen o no se saben apreciar. Pues tras estas señales, es recomendable que el perro descanse en un lugar en el que se sienta seguro y no amenazado.

Ejercicios de tolerancia a la presencia del niño

Si el niño es todavía un bebé, la exposición al perro debe de ser gradual. Incluso es aconsejable que el perro huela una prenda del niño o un pañal antes de que este llegue a casa. Cada vez que se presente el olor del bebé o se acerque a distancia de seguridad se acompaña de un premio. Si el perro tiene un historial previo de agresividad, es aconsejable una visita de un experto en comportamiento.

A partir de cuando el niño sea capaz de interactuar con el animal, hay que supervisar estrictamente y procurar que la experiencia siempre sea positiva para el perro. Es importante enseñar al niño el correcto manejo del perro cuanto antes: no molestarlo tirándole de la cola, o tocándole la cabeza o las orejas, por ejemplo. En cuanto el niño se haga mayor y sólo si el perro ha mostrado tolerancia y no ha dado señales de incomodidad o reactividad, puede el mismo niño dar los premios al perro si este cumple con una orden. Estos ejercicios contribuyen a que el perro cree una asociación positiva con la interacción con el niño.

Proveer un sitio tranquilo para perro y niño  

Perro y niño necesitan un sitio donde descansar, que sea seguro y tranquilo. El perro debe poder tener un espacio propio donde refugiarse si se siente agobiado. Aquí el niño no puede acceder.

Favorecer la interacción positiva perro y niño

Hay que involucrar el niño en actividades placenteras para los dos: juegos supervisados, paseos, dar premios. El perro entenderá que cuando está el niño pasan cosas positivas.

Prestar siempre atención a la interacción perro y niño

Se verifican diariamente casos de accidentes incluso mortales por la falta de supervisión por parte de los adultos. Esto es porque los adultos no se preocupan de evaluar el estado emocional del perro, especialmente su capacidad a tolerar las situaciones incómodas.

Observar el lenguaje corporal del perro

Antes de gruñir o intentar morder el perro muestra señales más sutiles de miedo, ansiedad y estrés. Por ejemplo voltear la cabeza o el cuerpo, bostezar, lamerse los labios, y otros. No ignorar estas señales y apartar el perro invitándolo a su lugar seguro.

La elección del tipo de perro según su carácter más que por la raza

Es recomendable no basar la decisión solamente en base a la raza. Se han verificado muchos casos de agresividad a niños por parte de razas comúnmente consideradas “seguras” o “aptas para niños”. Un perro reactivo especialmente con extraños o poco tolerante al manejo no es una buena elección. También hay que considerar el nivel de energía y excitabilidad. Habría que conocer el historial desde cachorro, para evaluar su grado de socialización sobre todo con niños.

Pedir siempre permiso previo antes de acariciar un perro desconocido

No permitas que el niño se acerque o acaricie un perro abruptamente. Enséñale a pedir antes al propietario su consentimiento. Hay perros que no están acostumbrados a la interacción con niños. Si la interacción es posible, mejor que el perro responda antes a unas órdenes como “sienta”, “quieto” o “échate”. Será más preparado a ser acariciado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NO soy un robot *