¿Puede un perro ser feliz?

¿Puede un perro sometido a la voluntad humana ser feliz? Un ser que depende de nosotros, pendiente de nuestros altos y bajos, en espera de que le dediquemos un poco de nuestro escaso tiempo, sentirse bien y por lo tanto feliz?

En el supuesto caso de que tenga sentido aplicar un concepto humano a una especie distinta, yo me decanto por el sí, a unas condiciones y con unas matices.

Creo que un perro feliz de entrada no manifieste signos de malestar, siendo que los niveles de bienestar básicos deben de ser garantizados: está bien cuidado, aseado, alimentado, no ladra en exceso, no llora a menudo, no tiene miedos excesivos, y se comporta en modo «equilibrado».

Un perro feliz muestra apego hacia el dueño pero moderadamente, pide atención, pero no se excita por esto.

Queremos que nuestros perros sean felices, no sobre-excitados todo el tiempo, sino independientes y seguros de si mismos, que tengan una conducta social correcta con otros perros y con las personas, familiares y desconocidos.

Puede ser que esté asimilando la forma mental del perro a la humana, y esto en parte es inevitable como observadora externa que soy, pero hay estudios que pretenden desvelar el mundo de las emociones y de los sentimientos de los perros, mostrando su afinidad con la esfera humana y sugiriendo que la felicidad se basa en la armonía, buena energía y comunicación en el círculo afectivo humano-canino.

Hoy recomiendo esta lectura:  Tu perro piensa y te quiere.

perro velero

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